viernes, 22 de abril de 2016

La olla a presión se fisura

No hay más narices que reconocer que el catalán está en clara desigualdad en Cataluña sobre todo en la educación infantil de las escuelas públicas donde todas las horas se imparten en esta lengua. Es decir, el catalán está en desigualdad absoluta respeto al castellano en este estadio de la enseñanza pública pagada con el dinero de todos. Ahora bien, justo es admitir que el catalán en los colegios públicos de Cataluña está en un estado de absoluta igualdad con el cinismo que los políticos fanatizados del mundo nacionalista muestran a la hora de imponer este código lingüístico en todos los ámbitos de la vida pública e incluso privada. El año pasado (2015) estos extraños “demócratas” del Govern de Cataluña recaudaron 140000 euros por multas lingüísticas impuestas a los dueños de empresas. Menos mal que muchas sentencias de la justicia española y algunos informes de la Comisión de Expertos del Consejo de Europa y del Departamento de Estado de Estados Unidos ya recogen algunas de las prácticas lingüísticas discriminatorias empleadas por el Govern de Cataluña. Sin embargo, a efectos prácticos, los castellanohablantes en Cataluña siguen viviendo con sus derechos democráticos mermados sin que organismo oficial alguno se los rehabilite. Supongo que los frentes que el gobierno español, europeo y mundial tiene abiertos y que ponen en peligro sus respectivas estabilidades hacen que este sea un problema a resolver no prioritario… de momento.

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