jueves, 19 de diciembre de 2013

Revolución de guante blanco

El conflicto independentista hace muchos años que colea en España porque, no en balde, quienes lo estimulan desde Cataluña han destinado muchos esfuerzos y dinero para alimentarlo. Evidentemente, a ello también han contribuido los dos principales partidos del ámbito estatal con su proceder meramente partidista. De igual modo cuando estaban en el poder como cuando ostentaban la jefatura de la oposición: las concesiones irracionales a los nacionalistas en pocas décadas son imposibles de contabilizar… a menos que se utilicen muchos dígitos. Para mí que esta situación hubiera seguido de esta guisa si, en primer lugar, los ciudadanos contrarios al nacionalismo excluyente en Cataluña y, algo más tarde, los del resto de España no se hubiesen indignado hasta el extremo de organizarse en torno a partidos políticos de nuevo cuño que se han convertido en un serio problema para la casta política de Cataluña y del conjunto de España. El germen de esta sorprendente revolución de guante blanco tiene su origen en Cataluña y viene ocasionada, en mi opinión, por la asfixia a la que empezaron a ser sometidos ciudadanos castellanohablantes y no nacionalistas por muchos independentistas en cuanto, estos últimos, ya se vieron con tanto poder, en demasiados ámbitos institucionales, como para atreverse a conculcar derechos inalienables sin que casi nadie los llamase al orden y sin que tan despreciables comportamientos supusiesen mengua alguna en el privilegiado lugar que estos ultranacionalistas han ocupado en la sociedad catalana desde hace décadas. En el resto de España, la actitud condescendiente e imprudente de los dos grandes partidos hacia los diferentes nacionalismos periféricos también empezó a generar una creciente desviación del voto a fuerzas políticas, inéditas hasta entonces, con una inequívoca vocación de revertir este desafortunado orden de cosas. Por consiguiente, no es raro que las alarmas se encendieran en los dos grandes partidos de Cataluña y en los dos del conjunto de España. Desde entonces quienes han liderado las cuatro formaciones políticas tienen prisa, mucha prisa, y un enemigo común: el Razonamiento. Por un lado, los líderes estatales han rectificado, mostrándose, sin fisura, incluso en público, garantes del imperio de la Ley, aunque sea forzados por la grave situación de la que en parte son culpables; por el otro, los de CiU y ERC se empecinan en seguir a galope tendido por la selectiva senda de la Identidad, pero intentado por todos los medios que no se celebren elecciones a la usanza democrática, donde vuelva a quedar de manifiesto que sus apoyos pierden fuelle frente a Ciutadans y con la seria posibilidad de que UPyD abra aún más el arco parlamentario catalán en la dirección que menos les conviene. En suma, una significativa parte de la sociedad española ha necesitado más de tres décadas para recoger el guante lanzado por la insaciable casta nacionalista de Cataluña y la revolución de guante blanco toma un nuevo impulso.

sábado, 14 de diciembre de 2013

Los cómicos del independentismo

Si antes del estéril pacto alcanzado por Artur Mas y un grupo de representantes de partidos políticos nacionalistas de Cataluña, el pasado jueves, para celebrar una consulta secesionista, que no tiene cabida en la Constitución ni en Carta alguna de las Naciones Unidas, ya se podía afirmar, sin riesgo alguno a equivocarse, que los actuales son los peores gobernantes que han estado al frente de las instituciones autonómicas; después… ni les cuento. Para que se formen una idea cabal de la talla de nuestros gobernantes en Cataluña convendría repasar el lamentable espectáculo que ofrecieron el día de marras Artur Mas, Alfred Bosch y Muriel Casals, (uno como President y los otros dos como miembros de unas entidades catalanas (ERC y Òmnium Cultural), sin cargo gubernamental formalmente reconocido, pero con una capacidad endiablada de influencia sobre el actual Ejecutivo).
El último personaje mencionado en el punto anterior y no por ello menos importante, Muriel Casals, hizo un papelón mientras hablaba del estado de shock que invadía el ánimo de los representantes gubernativos del Estado tras conocer el pacto de la consulta; el segundo, Alfred Bosch, lo bordó mientras transmitía la felicidad que le embargaba tras ver las caras largas que había contemplado entre los políticos de la capital tras tener conocimiento del acuerdo; y el primero, el President, dio un señor espectáculo en el acto del Día Internacional del Voluntariado con unas ostentosas risas, a medio camino entre histéricas y sardónicas, cuando se refería a la que acababa de liar esa misma tarde. Por lo tanto, con la infinidad de precedentes como los anteriores que arrastra esta gente, no sería disparatado afirmar que en Cataluña tenemos un elenco de protagonistas en cuya agenda de gobierno de la Generalitat predomina un serial interminable de puestas en escenas preñadas de victimismo y confrontación con el resto de España. En conclusión, cuanto más entretenido esté el pueblo catalán con el show de turno que montan estos faranduleros del independentismo menos se percatará de lo terriblemente gobernado que vive.

martes, 10 de diciembre de 2013

Artur Mas el Figura

Con lo fácil que se lo puso el pueblo de Cataluña en las últimas elecciones autonómicas para rectificar haciéndole perder 12 diputados cuando se presentaba reclamando una mayoría excepcional; y va y sigue erre que erre con sus disparatados proyectos secesionistas; y como no podía ser de otro modo, en poco más de un año, aumenta brutalmente la deuda de la Generalitat, la fractura social y la inacción gubernativa: su fama de político fracasado va camino de quedar impresa con tinta indeleble en los anales de la Historia de Cataluña.

domingo, 8 de diciembre de 2013

Lo que no le dirán de TV3 en TV3

La prensa hipersubvencionada, los políticos nacionalistas, que la mantienen a un altísimo coste para la población catalana, y demás interesados le dirán que TV3 es líder en audiencia en la comunidad autónoma. Sin embargo, le omitirán que se hunde con el sectario lastre independentista que lleva a cuestas. A la
opinión pública de Cataluña debería sorprenderle que se utilice el calificativo de “líder” para referirse a una televisión pública autonómica que hace más de dos décadas podía tener una audiencia media, anual, cercana a un asombroso 30 %, pero que acabará el presente año con una cuota de pantalla que ronda un fatídico 13%. Además, con respecto al mismo mes de noviembre del año pasado, ha perdido la friolera de un 4’2% de espectadores. La tendencia es objetivamente alarmante para una televisión que en la práctica es de todos los catalanes y en la realidad solo está dirigida a una parte muy minoritaria de la sociedad catalana. Hecho que, indefectiblemente, está ocasionando la decadencia de este ente público de la que casi nadie le informará. La imparcialidad en el hacer de esta cadena de televisión ya no la defiende nadie “realmente” independiente. No obstante, desde el CEO y otros muchísimos organismos públicos o entes pseudoprivados (medios de comunicación favorecidos con la milagrosa ayuda pública) saben cómo maquillar la realidad hasta lograr que en el imaginario colectivo quede consolidada la idea de que “TV3 es una televisión líder en Cataluña”. Ahora bien, por si todo lo expuesto anteriormente fuese poco, en la sectaria TV3
siguen superándose y esta mañana han logrado, en toda una tanda informativa, mencionar explícitamente solo a un partido político en clave catalana (ERC), del resto ni mu. En clave estatal, han hecho otro tanto de lo mismo con el PP, pero… para deslizar su nombre mientras informaban de cómo lo criticaba el archifamoso director manchego, Pedro Almodóvar, al recibir un galardón cinematográfico en Berlín.