martes, 18 de diciembre de 2018

El fabuloso mundo independentista

Para mí que los independentistas de Cataluña que portan lazos amarillos se han vuelto a colar otro antológico autogol. De un tiempo a esta parte se puede visualizar que la casta separatista es una ínfima minoría también en las calles. Lo mismo ya se ha podido constatar desde hace décadas con las “esteladas” que cuelgan de los balcones. Ay, el día que los Poderes del Estado no permitan a estos fanáticos secesionistas hacer trampas en los colegios electorales ni poner propaganda partidista los 365 días del año en el espacio público de casi toda la región ni utilizar con fines partidistas las instituciones públicas ni hacer con el dinero del erario público lo que les venga en gana ni acosar al adversario político con aparente impunidad ni que la TV3 tome descarado partido por los “estrellados cuatribarrados”. Ay, el día que los catalanes oprimidos por los violentos independentistas se armen de valor y exijan disfrutar de las mismas oportunidades para acceder a puestos públicos de trabajo, de hablar, estudiar, rotular y ser atendidos en la lengua oficial que escojan libremente, que presenten candidaturas electorales en todos los municipios de Cataluña… Ay, qué fácil sería todo si muchos de los que cortan el bacalao en “Madrit”, Europa o la ONU viviesen una temporadita en Cataluña para darse cuenta de quién es aquí el oprimido demócrata y quién el maldito facha opresor.

jueves, 30 de agosto de 2018

A tu aire

Por fin el montón de indecentes abusos y de sistemáticas discriminaciones que cometen los separatistas en Cataluña desde instituciones públicas y privadas, con el beneplácito tácito de los que han gobernado en “Madrit”, Bruselas (UE) o Nueva York (ONU) mirando para otro lado, está provocando un aluvión de reacciones de rechazo como jamás se había visto por estos confines de España. Ahora muchos catalanes asqueados de una ideología tan peligrosa como la independentista tienen a su alcance mil y una maneras de evitar que esos dictadores, que han actuado desde el Palau de la Generalitat y muchos cientos de ayuntamientos con una impunidad jamás vista en la Europa de la Unión, ahoguen su legítimo derecho a ser libres y a vivir en una sociedad completamente democrática. La Resistencia, formada por gente de distinta naturaleza ideológica, no exige afiliación ni que se porte lazo o distinción alguna. Actúa a diario en varios puntos de la geografía catalana pese a la implacable persecución de la policía política del Régimen (Mossos d’Esquadra y Policía Local de no pocos municipios), de medios de comunicación públicos o privados sostenidos con el dinero de todos, de empresas favorecidas por los de arriba y de entidades pseudoculturales que medran gracias a continuos e injustificados trasvases económicos desde distintos erarios oficiales. En ella unos se sacuden la extrema indignación que genera tanta injusticia rebelándose en grupo o en absoluta soledad, amparándose en el anonimato o a cara descubierta, retirando lazos o plantando cara en las redes sociales y diarios digitales… Y sin cabecilla ni mandado, todos a su aire como muestran estas miles de fotos (clica aquí), la Resistencia está poniendo contra las cuerdas a esa casta de déspotas secesionistas que creía tenerlo todo bajo el control que proporciona el Poder.

miércoles, 13 de junio de 2018

Dos rumbos y un destino

Al paso que vamos en Cataluña, por mero instinto de supervivencia empresarial, una parte de la población acabará imponiendo la costumbre de colgar carteles en los bares al estilo de los de “se prohíbe cantar” en Andalucía: “queda terminantemente prohibido hablar de política”. Difícilmente podrán suceder las cosas de un modo muy distinto con los ultranacionalistas (independentistas) inoculado el veneno de la intolerancia a una parte muy significativa de la vecindad desde hace décadas en la Cataluña profunda y algún lustro en las áreas metropolitanas. Matrimonios, familias, grupos de amigos, trabajadores de una misma empresa, afiliados a un sindicato, miembros de una cámara de comercio o simpatizantes de un club deportivo han sufrido ya en sus propias carnes la infiltración de algún sujeto poseído de ese “yo” más tribal que acaba abriendo a las sociedades modernas en canal. A este respecto no son pocos los sujetos que a estas alturas pueden ser descubiertos con suma facilidad a lo largo y ancho de la geografía catalana con distintivos en favor de aquellos que tanto daño han causado al conjunto de la ciudadanía con su fingida y desmesurada exaltación del “ombligo patrio” mientras se llenaban los bolsillos propios. Pues bien, al mismo tiempo y paradójicamente, de seguir los acontecimientos por los derroteros políticos que van en este rincón de España, no sería extraño que sucediese en establecimientos públicos ya regentados por seguidores de estos fanáticos “estelados” que los carteles que presidiesen sus locales rezasen: “antes de entrar es obligatorio cantar Els Segadors” pudiéndose leer a continuación “el gesto de mala leche mientras se entona el Bon cop de falç! da derecho a mesas próximas a la estufa en invierno y al ventilador en verano”.

sábado, 2 de junio de 2018

La manzana de la equidistancia

Satisfacer desde “Madrit” a los que gobiernan en Cataluña pasa necesariamente por renunciar a ser de izquierdas porque la gente independentista de esta comunidad autónoma de España ya tiene nuevo “president” desde el 14 del pasado mes y desde ese preciso día el resto de catalanes ya tenemos otro “supremacista” de tomo y lomo en el Palau de la Generalitat convencido de que los ciudadanos de segunda (castellanohablantes y no-independentistas) deberíamos caer otro grado y encima mostrarnos agradecidos. En este rincón de la península hemos sufrido a una casta opresora (bien colocada ya en los tiempos del último dictador) con sueldos de escándalo y una impunidad que hasta hace unos pocos meses era más que alarmante y que en la actualidad aún sigue siendo más que anecdótica en un ámbito como el de la Unión Europea. Estos sujetos además han dedicado millones de euros en tratar de intoxicar a la opinión pública de medio mundo para hacer pasar a los verdaderos opresores por “pobrecitos” oprimidos. Y ante este orden de cosas, ¿quién será el guapo desde los poderes públicos del Estado que siga favoreciendo las desigualdades entre seres humanos en una parte de su territorio y pretenda continuar enarbolando la bandera de la igualdad y el progresismo ante los lúcidos ojos de la Historia?