martes, 14 de septiembre de 2010

A quien de bailar tiene ganas, poco son le basta

Hoy por hoy, desde el mundo independentista en Catalunya se sostiene una reñida competición por colgarse la acreditativa medalla del esperpento. Su cohorte de voceros políticos y mediáticos no pierden oportunidad de repetirnos mensajes de esta estofa: "crece el número de independentistas en Catalunya"; sin embargo, el único partido político con representación parlamentaria que se define inequívocamente independentista cosecha reveses electorales de modo acusado desde hace una pila de años. A mayor abundamiento, hasta las encuestas sobre intención de voto son con ERC, a escasas semanas de las próximas elecciones autonómicas, enormemente contundentes al interpretar la enésima caída en número de sufragios. El singular atenuante lo establece una incógnita sobre cuántos de ellos pasarán a engrosar los resultados de otras formaciones políticas de nuevo cuño y reciente fundación dentro del orbe "soberanista". Otro de los característicos mensajes, a modo de advertencia, utilizado como pretendido instrumento disuasorio, deja un rastro de pueril trasparencia que se revela ineficaz a leguas: "si hacéis aquello que perjudica al movimiento independentista, este aumentará"... vaya, si lo beneficia para qué lo advierten, ¿para que lo perjudique?
Pasada la "Diada", incluso esa costumbre de colgar "senyeres" y "estelades", se ha vuelto a constatar que decrece de manera significativa por parte del conjunto de la ciudadanía año tras año, pese al vano intento de aguerridos partidarios de la causa de apiñar gran número de banderas en lugares visibles de una misma vivienda (ya por supuestas premisas desde partidos políticos, ya por iniciativa propia). La manifestación del 10 de julio de 2010 también nos la han tratado de magnificar, desde las huestes independentistas, como una muestra más del incremento de incondicionales y un "hecho sin precedentes en la Historia de Catalunya"; obviando la mayor distancia del recorrido y cifras ofrecidas por la organización convocante de la celebrada el 18 de febrero de 2006 por motivos semejantes y con mismo afán de desprestigiar el cómputo desinteresado de asistentes.
En resolución, los datos objetivos hacen prescindir de ociosas matizaciones para sostener que en Catalunya hay "menos" independentistas, hoy por hoy.