miércoles, 1 de marzo de 2023

Tirad de las riendas, ¡ya!

Habrá quien no haya puesto aún nombres y apellidos a los verdaderos culpables de esta insoportable subida de precios de los productos de primera necesidad que anda padeciendo todo el pueblo llano en España. Habrá entre el poder legislativo y ejecutivo quien sabiéndolo reniegue de señalar a los principales responsables de las salvajadas que se están produciendo con la galopante inflación que afecta a la cesta de la compra de todo Cristo en este país.

Tomar las riendas en este acuciante asunto ya no admite demora alguna, sobre todo para el Gobierno de España que es al que más le compete. Y como se le ve dando palos de ciego con efímeras bajadas de IVA que caen en saco roto, me voy a permitir poner mi granito de arena para revertir este problemón. Todo mientras se da a conocer a la opinión pública el nombre concreto de tanto frescales como anda metiendo sus sucias manos en las cosas de comer sin que los que tienen la obligación de organizar nuestras vidas de forma satisfactoria desde las instancias políticas se vean en el brete de señalarlos directamente.

Pues bien, del mismo modo que existe una reglamentación que garantiza la trazabilidad de los alimentos para garantizar la protección del consumidor, debería ser obligatorio añadir en la etiqueta de todo producto alimentario el precio del mismo en cada una de las etapas (producción, trasformación, distribución) de la cadena que acaba en la estantería de un punto de venta. Lógicamente, todo lo anterior acompañado de un severo régimen sancionador aplicable a todo aquel que posteriormente falsee el dato de cualquier precio para no quedar en entredicho. Luego, a ver quien es el guapo que añade su nombre o marca comercial a la etiqueta cuando sextuplique el valor de un producto sin razones objetivas.

Con la escuela no les basta


Se diría que en la España de todo un dictador como Franco "existía" una realidad en blanco y negro; sin embargo, en la Cataluña controlada por fanáticos independentistas lo cierto es que se impone con mano firme una visión monocolor del universo y de lo que quede más allá. Sirva de botón de muestra, por lo que contiene de alarmante asimetría doctrinal, el siguiente ejemplo verídico:


Esta es la acogida que tienen dos libros sobre un mismo tema con una intencionalidad política diametralmente opuesta en las bibliotecas públicas de la Diputación de Barcelona:

"Manual d'adoctrinament de l'escola catalana" de Òscar Dalmau y Pere Prats, ejemplares en 99 bibliotecas de la provincia.

De "El adoctrinamiento escolar en Cataluña" de Sergio Fidalgo y Antonio Jimeno "no existe ningún ejemplar prestable".


Con el resto de libros si no sucede lo mismo pasa algo muy parecido. Los independentistas tienen la voz cantante en todas las esferas de la vida pública (en las bibliotecas también) y no son pocos los que incluso piensan que el resto de ciudadanos debemos estar agradecidos de permanecer en Cataluña sin ser relegados a una ciudadanía de tercera.