Cambia, muévete, vota

Como catalán, en poco más de 24 horas, tienes una cita con las urnas vital para tu futuro. Te juegas mucho si, como yo, eres de aquellos que la casta independentista lleva décadas convirtiendo sistemáticamente en ciudadano de segunda. Los que no comulgan con los pijos independentistas en Cataluña son infinitamente más fuera de las administraciones públicas (a pie de calle) y solo falta que en esta ocasión lo demuestren sumando más papeletas para salvar las distorsiones reglamentarias que nunca les favorecen (Ley d'Hont) y también eviten que se hagan delante de sus narices las descaradas trampas de costumbre en los mismísimos colegios electorales.

Esta jornada electoral va a ser excepcional porque todo el planeta está inmerso en una pandemia jamás sufrida en muchas décadas. Sé que a muchos amigos, convecinos o paisanos lo último que les apetecerá hacer el próximo domingo será acudir a los colegios electorales. La decepción que acumula cada hijo de vecino por tanto inepto representante gubernamental que ha gestionado rematadamente mal la lucha contra el virus desmotiva al más comprometido con la Democracia. También es cierto que en el resto de España tampoco han actuado con tino (salvo honrosas excepciones) en la contienda contra la COVID-19. Pero estos sujetos fanatizados en el independentismo de Cataluña han cobrado el doble que en Andalucía, Cantabria o Galicia por no saber atajar un problema sanitario de primera magnitud cuando todavía estaban a tiempo. Estos sectarios de la “estelada” han continuado llenándose los bolsillos mientras te amargaban la vida con malditos confinamientos en los que confundían la movilidad con el distanciamiento social y se quedaban más anchos que largos. Cuando te arruinaban económicamente con decretos caprichosos, sin fundamentos racionales, estos elementos, tan dados a portar lazos amarillos en sus solapas, llegaban hasta la obscenidad de subirse el sueldo… Y para colmo de males, incluso se han permitido la insolencia de exhibir que para ellos eran más importante su “llengua pàtria” y su innoble ideología que tu salud (ahí dejo 150 fotos que no dan lugar a dudas).

Como ya ha sucedido en los últimos años, los de la secta independentista continuarán menguando en números absolutos, aunque todavía serán muchos porcentualmente los que depositen su papeleta en las urnas si decides quedarte en casa. Puede que entre todos los partidos políticos que concurren a las elecciones no haya uno solo que sea santo de tu devoción o que simplemente, a estas alturas, ya te hayan decepcionado todos sin excepción alguna; sin embargo, para sobrevivir con tanto zumbado presidiendo la Generalitat de Cataluña como hemos padecido últimamente es más determinante para tu porvenir poner de mandamás al candidato menos malo para que gobierne los próximos cuatro años que esperar a un hipotético líder político perfectamente honrado para por fin tomar cartas en el asunto. En fin, ya está bien de que el pueblo llano se cruce de brazos mientras lo empobrece el pijerío independentista que cobra lo que no está escrito en subvención o indecente sueldo de la administración pública que jamás percibiría en la empresa privada: por lo que más quieras, sacúdete tanto desánimo con la Política y vota. El 14 de febrero vota constitucionalista.