¡Lo que faltaba para el duro!

El revolcón de socialistas, sin paliatorio posible, del pasado domingo, en los comicios municipales y autonómicos (sólo en las llamadas Comunidades no “Históricas”), se puede perfectamente interpretar como el topetazo que la indignada ciudadanía ha infringido a quienes en estos momentos de penuria económica han estado al frente de la responsabilidad de gobierno. En las próximas Generales, resta por constatar si los enfurecidos electores, además, concluyen el correctivo pasándoles por encima sin reparo alguno. Hasta el momento, los socialistas en Catalunya hallaban un plus de sufragios al que sus adversarios naturales (PP) debían contrarrestar en el resto de España si querían alzarse victoriosos en la disputa democrática. A esta etapa de crisis económica, sin parangón en periodo democrático, hay que añadir la errada maniobra de su federación en Catalunya (PSC) de mostrar hasta el hartazgo cuán “catalanistas” son. Con sus ultranacionalistas acciones de gobierno al frente de la Generalitat terminaron por persuadir de ello a gran parte de la ciudadanía catalana. Sin embargo, no a ese segmento de la población que pretendían sino al que siendo tradicionalmente partidario del “Progresismo” en una de las particulares coordenadas políticas en Catalunya en la otra se inclina por el “No Nacionalismo”. De tal modo pinta el futuro para el PSOE, que para completar el repertorio de contrariedades de cara a las Generales, no faltaba más sino que… careciese de un cabeza de lista con carisma.