lunes, 15 de noviembre de 2010

Cuanto menos bultos, más claridad

Conocedores de que las innumerables encuestas realizadas hasta la fecha se empecinan en representar tan expresiva talegada electoral, a sólo unos días de la celebración de otros comicios autonómicos, desde ERC se ha echado mano, con el propósito de mantener prietas las raquíticas filas, de unas de las estratagemas más incandescentes de todo el manual nacionalista por antonomasia: el enemigo externo (Andalucía). Después de siete años en el poder ejecutivo en Catalunya, finis coronat opus, idóneos para revertir todo género de supuestas injusticias recaudatorias; tras permanecer desaparecidos en medio de refriegas en las espesuras de la identidad y la imposición lingüística; sacudidos de carnes en todos los frentes donde aún conservan algún representante público sentado en mullido escaño y emboscados por belicosas facciones salidas de su propia soldadesca, sólo alcanzan a sorprendernos con la ocurrencia de tocar a rebato, en salida de rocín tuerto, con torcido rostro de este jaez: “en Andalucía no paga ni dios”. Para más inri de los agresores, quizá para descargar tan debilitada acometida, a los agraviados e ingeniosos andaluces, les baste con rehuir el combate cuerpo a cuerpo y desde su amplificadora posición moral desarmar al provocador independentista contrapunteando a pipiricojo aquel popular latiguillo a ritmo de alegrías… “con las bombas que tiran los fanfarrones…”.

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