lunes, 20 de diciembre de 2010

Mascar, mientras ayuden los dientes

Sin novedad en el frente, esta nueva etapa política en Catalunya, arranca con la elección de la primera “Presidenta” del Parlament. En un soplo, ha ejercido el protagonismo que su cargo trae aparejado, al no escaparse por la tangente en entrevista realizada desde cierta emisora radiofónica. Inmediatamente, ha avanzado por qué cauces fluirán ríos de tinta en la novena legislatura: “el concierto económico o el pacto fiscal”. De tal forma que, nos espera más de lo mismo en la tarea de proseguir exacerbando a los ciudadanos con la monomanía de la “financiación autonómica”. Los resultados, tras el correr del tiempo, dirán si es palo o pedrada, puesto que en el pasado todo máximo responsable del Govern, incluido aquel perteneciente a la federación de la que forma parte, se vanaglorió de mejorarla substancialmente. No obstante, en lo concerniente a tangibles réditos para las clases gruesas de la sociedad, al menos en tres áreas básicas (Sanidad, Educación y Bienestar Social), siempre fue más el ruido que las nueces. Salvando los obvios avances que la investigación y la ciencia han puesto a nuestra disposición, incluso en tiempo de vacas gordas, la calidad del servicio público se vio mermada como tres y dos son cinco. Desde luego, no por falta de formación y buena voluntad en los funcionarios que la administran en última instancia. En este orden de cosas, no se comprende ni papa y da qué pensar que crecidas partidas presupuestarias oficiales no hayan cesado de canalizarse, por un tubo, hacia entidades privadas de modo exponencial. Tal es así que, desde hace demasiado tiempo, lo que se “dice” en nuestras instituciones políticas más inmediatas no entra en docena con lo que se “hace”. Vaya que, para muchos ciudadanos, a tenor de lo acaecido hasta ahora, viendo cómo trepan impuestos o tarifas de servicios de primera necesidad y cómo se desliza la excelencia de las prestaciones públicas, qué administración nos gestione el erario común ni fu ni fa. En dos palabras, quien lo tiene crudo para “recuperar todo lo que se ha perdido en estos años” no es la insensible casta política de Catalunya sino el más desfavorecido de nuestra sociedad al que descubrimos, a cada tanto, dando diente con diente en los gélidos y apenas protegidos soportales de las plazas de nuestros municipios. Sin rebozo, en lo tocante a la flamante “Presidenta”, lo cortés no quita lo valiente… ¡suerte y al toro!

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